domingo, 14 de diciembre de 2014

No me lo explico

En horas de la madrugada soñé unos tremendos ojos que no cesaban de mirarme fijamente. Qué nervios, qué sofocante. ¡Quítame esa mirada de encima! Espera. ¡Ni siquiera te atrevas a hacerlo!, pues incluso siendo una mirada que no soporto ¡es tan adictiva!

Tanto quise saber quién era esa persona dueña de tales ojazos que desperté del mero esfuerzo por recordar.

No conseguía dormir, y no pude, sino hasta saber la respuesta.

Recordé que eran tuyos.

No me explico qué hago soñándote, pero cuánto me reanima hacerlo.


Quizás ni siquiera me recuerdes. El punto de que lo deje en claro es que sepas que alguien te recuerda bonito. No, me corrijo: alguien te recuerda, ya lo de bonito, pues se lo dejo a tu mirar.

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