martes, 28 de octubre de 2014

Nunca importó

Ni siquiera recuerdo tu rostro. No recuerdo ni tus facciones ni el color de tu piel.

Solo puedo recordar tus ojos. La culpa la tienen ellos, que me capturaban y no me permitían saber exactamente cómo eras. Sólo saber lo profundo que era tu mirada.

Ya ni recuerdo tu rostro.

Como si me importara.

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