domingo, 5 de mayo de 2013
Lo sigo recordando
Seguro que cada vez que pase por esa pendiente, recordaré la misma escena. Me dijo algo…, ya no recuerdo qué. Volteé hacia ella. Mis labios quedaron a la altura de sus labios. Lo sigo recordando. La costumbre, la posición exacta en la que nos encontrábamos, la física, la atracción, el afecto, o lo que tú quieras, decía que justo en ese momento nos íbamos a besar. Fue cosa de segundos, pero se sintió a eterno. No se movió habiendo pasado lo que pasó —pasó que, según, ya no nos éramos más—. Después de haber pasado la tormenta devastadora y que nos dio finiquito, estuvimos tan, pero tan bien, que siento que eso conspiraba a favor de ese beso. Ni siquiera pude controlarme de manera simple; es decir, tuve que pensar en cosas que me produjeran enojo y molestia para poder quitarme de ahí, eliminar ínter nos la imantación tan potente que se producía, a mi parecer, de manera exponencial. Pero fue, aunque sin ser, tan hermoso porque la acaricié todo ese tiempo con mi mirada, y eso me bastó por ese momento.
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