martes, 22 de mayo de 2012

Todavía la recuerdo

Todavía la recuerdo: era hermosa. Me encantaba verla como la dueña, más que de su espacio, del momento.

Los rayos de luna traspasaban las cortinas blancas de la ventana, iluminando un cuadro fotográfico detrás suyo. Se oía claramente la voz de Freddie Mercury, aunque la música no estaba sobre los diez decibeles. El display del estéreo tenía una animación que marcaba los graves y agudos de la música: hacía juego con el momento.

La escena era más bien como un descubrimiento: al adentrarme a la penumbra, caían sobre mí las nubes de humo que hacían pesada la atmósfera. Un sonido peculiar al que hace la lumbre se hacía acompañar por un pequeño aro rojo que consumía su cigarrillo.

¡Esos labios de amargura tan atractivos! Mira cómo los presiona… mira cómo los destensa…

El humo vuelve a esconderla.

Esa piel clara, ese cabello tan obscuro.

Una nube cubre la luna y una última inhalada extingue la llama. Todo se torna invisible y yo me largo a respirar.